Loretta Cornejo es Licenciada en Psicología Clínica. Se formó en Gestalt en los años 80.
Siempre le interesó el mundo de los niños. Creó su propio modelo de terapia, el cual incluye a Segismundo (un peluche), el animal doméstico (un perro) y el cuaderno de terapia.
Este modelo terapéutico se describe a continuación.
PRIMER CONTACTO
- Entrevista con los padres:
- A la primera entrevista acuden solamente los padres, y se realiza con el objetivo de enfrentarse primero a la ansiedad de los padres. Así mismo, se pretende que obtengan su propio criterio del terapeuta.
- Es importante que asistan ambos padres, y se sugiere tener una reunión mensual con ellos.
ENTREVISTA CON EL NIÑO
- Preguntar si sabe por qué llega a la clínica, indagar sobre la información que tenga sobre su problema.
- Técnica para obtener información del problema: proporcionar una hoja para que dibuje lo que él/ella crea que es el problema.
- Se le explica el trabajo con Segismundo, su utilidad en la sesiones.
- Se le solicita que elija un color de carpeta que le servirá para guardar sus trabajos.
- Durante la terapia:
*Es necesario que nos involucremos en el juego
*Establecer reglas (no agredir físicamente ni al terapeuta ni al perro en las sesiones, no está permitida la destrucción de objetos que estén en la consulta).
- Se le permite tomar dos caramelos al final de cada sesión.
- Al finalizar el proceso terapéutico, se le da la oportunidad de revisar la carpeta de sus trabajos y darse cuenta de cómo cerrar cada problema o situación que trabajó.
EL CONSULTORIO
El espacio debe ser: amplio, con suficiente luz natural, colores alegres, alfombras y cojines, suelo lavable, carpetas de colores, material didáctico, juegos y disfraces, plantas, caramelos o dulces.
LA SILLA VACÍA DEL OSO PEARLS

Consiste en sentar al paciente delante de él, poner una silla vacía y establecer un diálogo; el terapeuta también toma lugar en una silla (se sugiere que sea del mismo tamaño que la silla del niño).
Se incluye a Segismundo: un peluche de aproximadamente un metro de altura, orejas grandes, nariz puntiaguda, brazos y piernas largas.
Los niños pueden abrazarle, pegarle, matarle, hablarle, herirle, disfrazarle, etc. También puede formar un diálogo entre el peluche y el terapeuta, o entre el niño y el peluche.
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